MAR DEL PLATA: MIS PREFERIDOS DE «LA FELIZ»

Mi primer recuerdo en «La Feliz» es de cuando tenía dos años. Estaba junto con mis papás y mis abuelos paternos. Para mi, estar con mi familia ya era símbolo de felicidad. Con el correr de los años, volví a viajar con amigas de la secundaria e íbamos todos los veranos a divertirnos, pasarla bien, broncearnos y volver recargadas después de esos chapuzones en el mar. La visité estando de novia – con quien hoy es mi marido – y también embarazada de ocho meses. Pero uno de los viajes más especiales fue el último: con mi hijo de siete meses y mis padres. 


Existen lugares que me desconectan de la rutina y me conectan con la naturaleza, mis deseos y mi esencia. Sin dudas, el mar es uno de esos lugares mágicos. Escuchar el sonido de las olas que rompen, respirar la brisa suave de la costa, hundir los pies en la arena, perseguir la espuma hasta verla desaparecer, juntar caracoles porque sí son acciones que atesoro y guardo para cuando se me acaba la batería en algún momento del año. Y si pienso en playas de la costa atlántica ideales para un finde de desconexión y baños de mar, Mardel está en el top five

Mar del Plata, La Feliz, MDQ – o como quieras llamarla – es una de las ciudades costeras más importantes de la Argentina. No por nada fue el balneario con mayor renombre de la aristocracia nacional. Fue fundada con su nombre actual en febrero de 1874 por Patricio Peralta Ramos, en una estancia de su propiedad. Por eso, cuando camines por esta ciudad vas a descubrir su nombre en ciertas avenidas, plazas o bustos.

Seguí leyendo la nota para cuando quieras hacerte una escapada – fuera de temporada -. 

Lo que no podés perderte

*Caminar por la playa y por la costa:
Parece obvio pero lo menciono. Mi playa favorita: El Alfar; al sur de la ciudad, pasando el Faro. Es un balneario súper tranquilo donde suelen ir los marplatenses. Otra de las playas más lindas – y sobre todo para ver el amanecer – es Waikiki, al final de los balnearios de Punta Mogotes.
* Visitar el Centro Cultural VIctoria Ocampo - o más conocido como Villa Victoria-:

Esta escritora del siglo XX tenía en Mar del Plata su casa de veraneo. Imagino los días en los que ella paseaba por las calles de “La Feliz” y se relajaba de la rutina y los ruidos de Buenos Aires.
Victoria escribía “Tengo por Mar del Plata una pasión física tremebunda. La parte animal de mi persona se entiende de mil maravillas con este clima, con esta tierra y con todo cuanto crece en ella. Adoro estas playas kilométricas que mis pies conocen íntimamente, pues hace años las recorro descalza. Me sé de memoria las formas de todas sus rocas…”

*Recorrer la calle Güemes:

Para quienes gustan de visitar tiendas, parar a tomar algún café o comer un buen brunch a media mañana. De esta zona, les recomiendo pedir un capuccino en Niño Lobo que de solo pensar en la espuma de cacao y canela, me dan ganas de tomarme uno mientras escribo esta nota.

 

*Hacer una degustación en Costa y Pampa:

Una bodega en medio de la estancia Santa Isabel, rodeada de eucaliptos y caballos. En el 2009, @trapichearg decidió incursionar en vinos con influencia oceánica. Así es que surge esta propuesta en Chapadmalal, a 30 minutos en auto del centro de Mar del Plata. En total, son unas veinticinco hectáreas dedicadas a la actividad vitivinícola. Se hacen visitas guiadas para quienes tengan ganas de conocer un poco más con una degustación de vinos que son una locura.
#TIPABCDEVIAJAR: si van durante Diciembre/Enero, ¡van a poder ver todos los campos de girasoles!

 

*Pasear por el Bosque Peralta Ramos:

Respirar el olor a sus aromos, eucaliptos, magnolias y jazmines. En esta reserva forestal, uno siente que está en un refugio aislado de la gran ciudad. Además, hay una cabaña de té muy famosa por sus ricas tortas y los blends especiales que Inés Berton diseñó para esta casa de té. La @lacabanadelbosque queda en Don Arturo 7600 y es un spot ideal para los amantes de lo dulce ¡No está permitido irse sin probar el marquise de frutos rojos! 

 
 

Cafecitos Marplatenses

– ACÁ TOMAMOS CAFÉ: en una callecita poco transitada de Mar del Plata, ATC es un espacio de encuentro para tomar un rico flat-white y comer un avocado toast con un estilo muy ochentoso.

– SEA AND COFFEE: en la calle Avellaneda entre Güemes y Olavarría, este concept store que fusiona deco y café de especialidad, se encuentra uno de los mejores moka que probé. 

– NIÑO LOBO: frente a la plaza del agua, se encuentra este café con tremenda personalidad. Tiene un estilo urbano-americano con mucha onda ¡Ni se te ocurra entrar y pedir una lágrima!

¿Cómo Llegar?

Se encuentra a tan solo 404 km  de la ciudad de Buenos Aires y está conectada a ella por la ruta – autopista – nacional 2. Podés llegar en auto, en avión, en micro o en tren. Esta última opción es muy económica y recomendable.


Si te interesa que armemos un itinerario por Mar del Plata o querés reservar alguna experiencia, escribime y lo planificamos juntos.